sábado, 12 de junio de 2010

Montequinto – El Viso

Con la bajada de las temperaturas, hemos salido hoy más tarde. Mario, Eduardo y Paco que se apuntó a última hora hemos salido desde Montequinto en dirección a El Viso.

Salimos de Montequinto en busca del camino que pasa por el lateral dela Urbanización del Golf y que nos a de llevar al carril bici que va a Alcalá. El firme está bastante bien y los km. van pasando entre charlas de tanto tiempo sin vernos. Al llegar a Alcalá la bordeamos por el oeste en busca de la A-92, que tras cruzar a la otra orilla por un túnel subterráneo, nos hace volver al carril de tierra.

Vamos por el Camino de Matamoros pero en cuanto a nuestra derecha nos sale el Camino de Pero Mingo. A los pocos mts. llegamos a una carretera que nos mete en otro cruce de carretera que nos lleva a Torrepalma. Tras cruzar la urbanización de nuevo cogemos el carril de tierra por el Camino de Tarazona. Cuando llegamos al Arroyo de la Víbora lo vemos desbordado, bueno más de lo normal, ya que los olivos estaban sumergidos en sus aguas y solo asomaban sus copas.

Seguimos y llegamos a la carretera que une Mairena del Alcor con la A-4, que la cogemos para llegar a la Venta a desayunar.

Tras el desayuno salimos por la carretera en busaca de El Viso que tan solo está a 3 km. Rápidamente llegamos y más rápido salimos en busaca de la Vía verde de los Alcores. De repente nos damos cuenta del viento, hemos estado todo el rato con él a favor o de ligero costado, pero ahora nos de frente. Para colmo algún que otro tramo arenoso antes de la zona del Castillo de Marchenilla que la arena es bastante más abundante.

Pasamos la Residencia de San Juan de Dios y llegamos a Alcalá por su Av. Santa Lucía que nos mete cerca del centro del pueblo. Bajamos rápidamente por la calle Bailén hasta el puente romano, desde donde giramos hacia la Retama y donde se aproxima la anécdota del día.

Les enseño el Circuito de Torrondo y en una curva no se muy bien como pierdo la estabilidad y durante unos 7 u 8 segundos me peleo con la bici para no caer al suelo. La situación al final ha sido bastante cómica por que tras andar como podía con la bici entre mis piernas cayendo hacia un lado y a otro, al final no se como me volví a montar en la bici. Nos paramos y entre risas me di cuenta que me había clavado en el costado posiblemente el manillar y en la rodilla izquierda tengo un raspón que no sé con que habrá sido.

Volvemos a las bicis y vamos por un camino en dirección a Torrequinto, que al llegar ya solo nos queda bajar a Montequinto y dirigir a Mario y Eduardo hacia su coche.

Buena salida pero con susto incluido, pero solo eso, un susto.