domingo, 28 de abril de 2013

Un poco de todo

Tras mucho tiempo sin salir con Mario y Julián, los tres juntos, hoy hemos coincidido. Espero que suceda más a menudo. Cuando salí de casa, ya estaban esperándome. La mañana estaba fresca, casi fría. Yo iba con ropa de invierno y Julián con la de verano, por eso lo del tiempo de los locos.

Salimos hacia Dos Hermanas metiéndonos por dentro del hipódromo. Siempre por carretera ya que todavía faltaba un poco para llegar al carril de tierra. Al salir del hipódromo como todo está cambiado no podemos girar y meternos en la carretera SE-420 con lo que nos metemos un poco en Dos Hermanas y cogemos la carretera desde su inicio o final, según se mire.

Durante 1,6 km. circulamos muy pegados al arcén ya que es un poco estrecha hasta que giramos a la derecha para coger la Cañada Real de la Armada. Empieza subiendo hacia la parte posterior del hipódromo para luego bajar hasta el Canal del Bajo Guadalquivir, pero casi a media subida nos encontramos con un charco en medio del carril que hace que los pies nos toque un poco el agua. Hasta llegar a la cima nos fiamos del gps ya que el carril desaparece por la flora asilvestrada de tantos días de lluvia de este invierno. Ya arriba la bajada es rápida y bastante fácil.

Al llegar al canal nos dirigimos hacía el Pitamo y el carril está bastante bien excepto el tramo que pasamos por debajo de la carretera que va a la Pablo de Olavide, donde al ver poco me meto en un barrizal y menos mal que saco el pie a tiempo. Al salir de puente voy escupiendo cachos de barros durante un buen rato. Seguimos y llegamos a la UPO donde volvemos a coger el canal que nos encamina hacia Alcalá.

Al llegar al viaducto bajamos hacia la orilla noreste del Guadaira y Julián se marca un derrape que nos deja atónitos a Mario y a mi. Continuamos y el carril ancho ha pasado a ser estrecho, de nuevo por lo silvestre de la maleza. La obra de la SE-40 ha terminado y han dejado la zona bien compactado. Mario no para de decir que cuando se come en esta ruta y le comento que ya queda poco.

Al llegar al Puente del Dragón subimos y paramos a desayunar en un bar bastante majo. Tras un rato de charla volvemos a las bicis.

Salimos de Alcalá subiendo ya después giramos a la derecha para ir hacia Torrequinto. En esta zona los bancos de arenas son algunos bastantes largos y profundos que nos hacen poner pie a tierra. Pasamos por encima de la SE-40 y es donde más notamos lo fuerte del viento de hoy. Al llegar a Torrequinto pasamos a la otra orilla de la A-376 y comenzamos la bajada hacia Montequinto. Julián va un poco por detrás pero al llegar a la Hacienda de Quintos vemos que tarda demasiado y subo a ver que pasa. Me lo encuentro pinchado, su rueda. Le comento que voy a por Mario para explicarle el camino hacia su coche para que no tarde mucho más y yo vuelvo con el. Al llegar de nuevo ya tiene la rueda cambiada y al reemprender la marcha comienza a llover. Tranquilamente llegamos a casa donde lo dejo que el siga sus pasos de regreso a la suya.

Se nota la falta de forma ya que al final se me ha hecho un poco pesada, y como decía en el titulo no nos ha faltado de nada: charcos, barro, fuerte viento, tramos de arena, pinchazo y lluvia, pero lo principal es que no nos ha pasado nada a nosotros.

domingo, 14 de abril de 2013

XVIII Subida cicloturista Munigua

Nos levantamos sin que sonara el despertador. No se si por los nervios, los míos o los de Merchi, hemos dormido poco esta noche. Yo por que volvía a disfrutar del ambiente ciclista y Merchi por que iba a su primera cicloturista.

Monté las bicis en el coche y fuimos a recoger a Julián. Una vez su bici montada emprendemos camino a la Mina. Charlando llegamos a la Monta donde desayunamos. Con energías renovadas volvemos al coche y nos vamos a la Mina.

Al llegar a la zona de la ribera están los aparcamiento buenos todos cogidos, con lo que subo a la piscina y allí dejamos el coche. Descargamos las bicis, nos ponemos los cascos y guantes y bajamos a la zona de control donde nos dan los dorsales y los tickets para el bocadillo, potaje y sorteo.

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Tras un rato de espera comienza el pedaleo. Muy tranquilamente vamos al final del grupo de cerca de 500 ciclistas. Subimos hacia el Conjunto Histórico Minas de la Reunión y hay nos encontramos con una rampa dura donde empiezan algunos a bajarse. Merchi la sube muy bien. Llegamos a las Cuevas y salimos del pueblo bajando hacia la carretera A-436 que apenas la circulamos unos 200 mts. para meternos en la carretera de las Canteras. Tras un km. por fin giramos a la derecha y dejamos el asfalto. Pasamos por el Puente de Santa Bárbara y nos metemos en la zona de Montehorcaz donde hay varios bancos de arenas que los pasamos mejor de lo esperado ya que Merchi sigue sin poner pie a tierra. Julián y yo la vamos controlando y rara vez estamos más lejos uno de otro 100 mts.

El carril termina de nuevo en la ribera donde nos reagrupan. El pelotón vuelve a salir y como estamos atrás veo que van hacia el Cortijo de la Palmilla. Les explico que nos viene por delante una subida de un km. A Julián solo por información y a Merchi por que nunca ha subido una cuesta de éste estilo. Es un km. al 7% que tranquilo se sobrelleva bastante bien. En todo rato voy unos 5 mts. por delante de Merchi marcándole el mejor terreno por el que rodar. Arriba la veo cansada por el esfuerzo pero animada por lo que había subido. Le recuerdo que beba y vamos llaneando hacia el Cortijo de Mulva.

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Ahora nos viene una bajada hacia el Cortijo de la Palmilla donde me llevo la sorpresa que nos giran a la izquierda y entramos en una zona que no conozco por lo que poco le puedo ayudar dándoles información. El camino continúa en bajada por mitad de un sendero de hierbas verdes  y a nuestro lado unos campos de flores de color violeta. Le comento a Merchi lo bonito que es el mountainbike y lo reconoce. Cruzamos el arroyo del Tamohoso y comienza la parte más dura de la ruta.

Entramos en la finca Miraflores y vamos subiendo ligeramente hasta entrar en un cuchillo de sierra de pequeños repechos de unos 100-200 mts. con porcentajes del 10% que Merchi los pasa con un sobresaliente pero de repente viene uno de 400 mts. al 6,5% que se le atraviesa un poco por que el de delante se para de golpe y se tiene que bajar y ya le es imposible reemprender la marcha. Arriba llega muy cansada.

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Encadenamos de nuevo dos dientes de sierra donde los consigue pasar, pero el remate es una rampa 700 mts. al 7% donde sube hasta donde puede. Julían nos va esperando en las cimas de las cuestas. Por fin nos viene una bajada que nos lleva al Cordel de El Pedroso.

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A pocos mts. nos llega nuestro merecido descanso y comemos un bocadillo en Arenillas.

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En esta parte tengo que recriminar a la organización su falta de previsión del agua ya que no había y con temperaturas cercanas a los 30º teníamos que cuidar mucho el agua que bebíamos para no quedarnos sin ella.

Volvemos a la marcha y entramos en el Finca el Fijo, donde son 2,5 km generalmente en bajada que nos ayuda a seguir recuperando, pero con arena suelta por pasar por muchas zonas de arroyos que tras estos días de calor están secos o apenas llevan agua. Eso si el Tamohoso viene cargadito y hay que cruzarlo para llegar a Munigua y los pies se nos mojan.

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De repente otra sorpresa. Volvemos a Arenillas por el mismo camino, cosa que no entiendo pero imagino que cuando nos desviaron en la Palmilla sería por que el tramo de Palmilla a Munigua pasa algo. Lo malo no es mojarnos de nuevo los pies, que esta vez ni me lo pienso los meto hasta dentro para prevenir la posible caída, sino que los 2,5 km hasta Arenilla son ascendentes. Merchi sigue comportándose como una campeona pero en algún repecho echa pie a tierra. Al llegar a la entrada de la Finca el Fijo le doy un gel de glucosa que no le gusta el sabor pero le debe de ayudar a recuperar fuerzas. Le comento que aunque nos encontremos con repechos los km. que nos quedan hasta la ribera son en la mayoría descendentes. Seguimos la marcha y nos encontramos a Julián que estaba extrañado por nuestra tardanza.

Lo mismo que la organización ha fallado en la previsión del agua, hay que ponerles un diez en que no había un tramo peligroso que no hubiera un minero dándonos información para saber del peligro que podíamos tener.

Por fin llegamos a San Fernando y de allí a la Ribera mas rápido todavía. Vamos a recoger las camisetas pero se han acabado, pero más tarde trajeron mas y recogimos las nuestras, todas de talla M ¡que vamos a ir apretaditos! Recogimos agua, el potaje y mientras fui a por el coche para ir montando las bicis. Tras el sorteo regreso a casa donde dejamos a Julián y recogimos a Lucía.

Duchazo y casi como nuevos.

Me lo he pasado genial por volver al campo con Julián que hacia tiempo que no se podía salir y por circular con Merchi en una ruta tan exigente.