lunes, 13 de octubre de 2008

Montequinto-Hacienda Mendieta

Esta mañana había quedado con Gonzalo para dar un paseo por la vía de servicio de la A-376. Cuando me levante estaba lloviendo y al rato me sonó el móvil y era un mensaje de Gonzalo diciendo que no iba a salir.

Al rato escampó y me dije ahora o nunca. Al principio no llovía pero las ruedas me salpicaban demasiada agua. Subiendo hacia Torrequinto era un fangal el carril pero se podía. Después se va por asfalto al lado de la autovía hasta que en un momento me confundí y me metí en la autovía. Menos mal que era el final de ésta ya que al estar en obras, a un kilómetro dejaba de serlo. Pero el miedo me hizo ir muy pegado a la valla y el arcén que no estaba muy limpio, total que pinché la rueda trasera. En un principio creía que era un poro, con lo que la hinché y continué unos metros hasta que me dije que había que cambiarla.

Ya fuera de la autovía la cambié y me volví para casa pero por el otro lado de la autovía. Al llegar a Torrequinto subí por el puente peatonal y me dejé caer hacía Montequinto. Lo raro es que la bici era ingobernable. Cuando llegué a la Hacienda de Quintos me dí cuenta de que estaba pinchada, pero al estar tan cerca de casa la hinché y llegué a casa donde le quite todo el barro y el pinchazo lo arreglaré otro día.

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