domingo, 24 de abril de 2016

Villaverde - San Benito

Solo hemos quedado Mario y yo en Villaverde ya que dos se iban a la playa y el otro también tenía planes. Al principio no sabíamos donde íbamos a ir, si a San Benito o a dar la vuelta por el Viar, y elegimos la primera opción.
La mañana estaba fresca pero por que la ropa era de manga corta, y en cuanto empezamos a ascender el cuerpo fue entrando en calor. Tras un kilómetro y medio dejamos la carretera y nos metimos en el camino de la Galiana donde nos quedaban todavía dos km. para empezar a ascender hacia el Cebrón. A partir de aquí 3,3 km. al 5% con tramos del 10% que los sorteamos lo mejor que podemos. Entramos en una zona de 1,7 km. más o menos plana y de nuevo vuelve a la carga la subida. Un km. al 9,7% donde nos esperábamos las piedras brotar de la tierra como hace cinco años que estuvimos por última vez y si bien no es una autopista parece que la han arreglado bastante. Arriba hay una zona llana antes de la bajada con bastante fango pero que se puede esquivar. Bajamos y de nuevo el fango y los surcos y las piedras. Esta zona está bastante mal y estamos deseando que pase para llegar a la carretera que nos deja en Catilblanco de los Arroyos.
Buscamos un bar donde desayunamos y charlamos un poco.
Ahora nos viene once km., los primeros tres asfaltados, hasta llegar a San Benito. Nos hemos cruzados con bastante peregrinos en el trayecto. Desde que la carretera se acabo el firme es muy botoso y menos mal que ayer le quite presión a la horquilla. La he notado que se comía mejor los baches. Al llegar a la ermita nos comemos una barrita y echamos unas fotos.
Volvemos a las bicis y la parte mas difícil es la salida, 800 mts. al 7%. Después nos encontramos con algún repecho pero no muy exigente. Lo que si notamos es que llevábamos toda la mañana con el viento en contra y ahora es favor. 
Subiendo uno de esos repechos nos cruzamos con unas peregrinas y la escucho decir "ese es el marido de Merchi". Me giro y es Ana. Me dice que no me pare en la cuesta y charlamos muy poco mientras nos alejamos. Por fin llegamos de nuevo al asfalto y vamos buscando la salida del pueblo. Parece que la zona de fango y rebotes ha empeorado (no creo) o eso nos lo parece. Hay una última subida de 600 mts. al 5% donde mis piernas me piden por primera vez en todo el día cambiar a plato chico. Arriba sorteamos el fango y nos lanzamos hacia abajo bastante mejor de lo esperado. Ya le he comentado a Mario varias veces que la mejoría en los descensos no es a la práctica, ya que mis lesiones no me han dejado, sino a las ruedas con menos presión y más agarre. Noto como me da más seguridad y bota menos en las zonas bacheadas.
Llegamos a la carretera y de allí al coche donde estiramos un poco antes de subir las bicis a los coches.
La semana que viene curro así que no podré salir.

jueves, 24 de marzo de 2016

Gerena - Arroyo de la Plata

Ultimamente tengo que mirar en el blog cuando se hizo por ultima vez esta ruta. ¡Hace 6 Años! En fin...
He quedado con Mario solamente ya que uno tenía planes y otros de mantilla. Hacía fresco al principio. Salimos de Gerena buscando la gasolinera para que Mario infle su rueda o más bien para saber que presión lleva y el manómetro falla. A ojo la dejamos más o menos bien. Salimos por la carretera A-477 en dirección a Aznalcóllar y tras pasar el puente sobre el río Guadiamar empieza a subir el alquitranado. Empiezo a darme cuenta que mis piernas no son las mejores. Al llegar al carril de tierra se llanea ligeramente donde respiro un poco y vuelta a ascender. Nos toca una subida de unos 9 km., parecida a la subida del Cordel de la Cruz de la Mujer hacia la cantina, para llegar a una especie de altiplano aunque de forma dentada ya que se va subiendo y bajando.
Lo peor de esta última parte es desear siempre que llegue la bajada a la carretera que no llega hasta 6,5 km. después. Bajamos rápidos y nos incorporamos a la carretera N-433 que va subiendo durante 1,5 km. al 4%. Bajada y buscar la venta donde desayunamos.
Tras una charla después de comer decidimos volver a las bicis. Salimos de nuevo buscando la gasolinera del pueblo y tampoco funciona. El camino no plantea mayores dificultades que la subida nada más abandonar la carretera de 800 mts. al 6,4% que no se nos complica. Volvemos a la zona de toboganes y después a la zona donde nos dejamos caer, más Mario que yo, ya que su 29" se lanza más que mi 26" y debo de pedalear más. Al llegar a la carretera bordeamos ésta vez el pueblo y vamos pasando rotondas hasta encontrar las que nos deja más cerca de nuestro coches.
Lo peor las piernas que no empujaban. Lo mejor las piernas que apenas me han molestado.

domingo, 13 de marzo de 2016

Guillenazo

Tras la friolera de 4 años y medio (y no por el frío que hacía esta mañana) vuelvo a hacer esta ruta. Hemos salido Mario, Julián (hoy alias Mortadelo) y yo, y hablando no recordábamos cuanto tiempo podía haber pasado. Gracias al blog lo he podido recordar en estos momentos.
En Guillena a las 8,30 habíamos quedado , y a esa más o menos hemos salido. De nuevo y ya van dos en poco tiempo Mario se olvidó su bidón. Esta vez fue menos problemático por que yo llevaba dos y le presté uno. Vamos muy despacio por el Cordel de la Cruz de la Mujer en dirección a la Cantina. Julián iba como una cebolla y es que hacía frío, pero entre la ascensión que es continua y que el ejercicio hace entrar en calor, le comenté que se abriera un poco la cremallera. Eso hizo, pero en la cuesta más dura se retraso un poco y lo esperamos arriba. De repente nos aparece un ciclista de rojo y no de naranja como él iba vestido la parte superior. Nos comenta que le sobraba.
Bajamos a la Cantina y allí desayunamos. Nos hemos entretenido por que entre que le había saltado el fusible al del bar y la cafetera y varias cosas más no le funcionaban, y en que en un momento dado Mario nos comenta que le ha echado demasiado aceite a la tostada, cosa en la que se quedó corto, ya que parecía una ensalada su tostada. Las manos parecían las de los culturistas totalmente brillantes. Y como Julián tiene la bici con menos mantenimiento que un lápiz, le decía que si le pasaba las manos por la cadena. Total que nos lo hemos pasado muy bien.
Volvemos a las bicis y bajamos hacía el embalse de Guillena que tiene una belleza sus parajes increíbles. Al otro lado del embalse nos vamos acercando a la cuesta de los Toros. Muchísimo tiempo sin hacerla pero nos acordamos que lo peor está al final. Tras el primer zig zag Julían no está con nosotros. Girando levemente la cabeza lo vemos no muy lejos en distancia. Nos acercamos a la zona donde están las vaquillas y dos están fuera de la valla, bueno más bien lo estaban todas por que estaba abierta, pero éstas eran las que más miedo nos dieron. Con cuidado pasamos y vimos que Julián también. El ritmo no era muy elevado y si me alejaba un poco me dejaba de ir para subir con Mario. Arriba de la cuesta seguimos un poco más para bajar pulsaciones y cuando estábamos más tranquilos esperamos a Julián. Nada más reemprendemos la marcha.
El tramo hacia el embalse de Castilblanco es en ligera subida hasta la bajada veloz que nos lleva a él. Abajo le comento a Mario que no creo que todas las bajadas que antes eran malas, ahora sean buenas. Lo que pienso que al usar tubeless y llevar menos presión en las gomas tenemos mejor agarre y parece que son más fáciles de controlar la bicicleta en las bajadas. Me como una barita y esperamos a que llegue Julián y a lo lejos se ve un ciclista pero hablando con Mario llegamos a la conclusión de que no era. No equivocamos. En otro arrebato de camuflaje nos aparece con un maillot negro que nos lió. En ese momento nos recordó a Mortadelo. Charlamos un momento y seguimos.
Ya solo nos falta la última subida hacia Castilblanco. Mario encabeza el grupo y de nuevo nos quedamos solos. En un principio me lleva como un poco fuera de punto pero poco a poco voy aclimatándome al ritmo y al calor, que con tanta ropa empieza a sobrar de todo. Al llegar al cruce que nos deja a las faldas del pueblo esperamos a que llegue Julián y lo cruzamos de oeste a este. Las pendientes son duras y cortas. Buscamos un colmado para reponer agua y volvemos a las bicis. Subimos hasta salir del pueblo y nos metemos en la bajada de Barranco Hondo que nos deja en la trialera del Camino de Santiago. La hemos sorteado bastante bien, ya que hay como nuevas variantes por que hay tramos que se han caído o tienen una grieta gigante. En una de esas variante menos mal que llevaba casco porque di un buen cabezazo a una de las ramas. Julián nos comentó que estuvo a punto de irse al suelo. Se me ha hecho un poco larga la trialera ya que me tenía en excesiva tensión. Por fin salimos de ella y bajamos hacia el polígono industrial donde tuvimos una ligera pérdida del camino que solucionamos facilmente. De allí a Guillena pocos km. de asfalto que nos dejan en los vehículos.
Al llegar a ellos estiramos y realmente estoy cansado. Al llegar a casa ducha, comer viendo la Paris Niza y estiro bastante.


lunes, 7 de marzo de 2016

Bollullos - Villamanrique - Bollullos

Por fin es domingo y hemos quedado para salir. Sobre las ocho recojo a Julián que ya está mejor de su dolencia y nos vamos a Bollullos a la espera de encontrarnos con Mario y Eduardo. Sacando nuestras bicis llegan y podemos admirar el pepino de bici que se ha pillado Mario.
Después de limpiarnos la boca de saliva, jeje, salimos con las bicis en busca de Villamanrique por el Camino de Rianzuela. La mañana está fresca pero soleada. Entre charlas pasamos a coger el Cordel de Triana y más adelante un poco del Camino de Marlo donde giramos a la izquierda y nos encontramos con los primeros fangales. Observamos que un sendero a la derecha parece que los evita y pasamos a un divertido single-track ondulado y serpenteante que nos deja al final del tramo de fango impolutos, o casi.
Ahora nos metemos por la Colada de Villamanrique y tras la nocturna del 2014 cogemos el sendero a la derecha que nos quita el tramo de arena suelta. A Eduardo que no lo conocía le ha encantado.
Cruzamos la ctra. SE-667 y cogemos el Cordel de los Caminos de los Playeros que nos lleva al Vado del Quema.

De allí al pueblo vamos por la Cañada de los Isleños hasta el cruce con la Cañada Real del Carrascal que os encaja en el pueblo. Desayunamos en un velador al solecito y tras la charla volvemos a las bicis que solo llevamos 20 km. y nos quedan 30.
La salida es por el mismo camino pero ahora no abandonamos la Cañada Real del Carrascal hasta cerca de Aznalcazar donde cogemos por un camino cortado a los vehículos de cuatro ruedas un tramo del Corredor Verde del Guadiamar que nos lleva a la ctra. A-474. La cruzamos con mucho cuidado y volvemos al corredor. A nuestra derecha está Aznalcazar que no entramos en ella. Empezamos a ver muchos senderistas y caballistas, a parte de ciclistas. El viento es de cara y se hace un poco largo llegar a la A-49 donde nos damos un respiro. 
Emprendemos la subida hacia Benacazón. y Mario y yo subimos juntos con el viento de costado izquierdo que si no beneficia, al menos no fastidia. Eduardo nos sigue un poco más lejos y Julián es el que lo pasa peor. Lleva mucho tiempo parado y eso se nota.
En cuanto llega no paramos para que no se enfríe y seguimos nuestra marcha casi siempre pegado a la autovía. La han asfaltado toda y pierde su gracia, pero pensando en el día que se encuentre uno mal, no está mal.
Así que tranquilamente llegamos al PIBO y ya solo nos falta dirigirnos al pueblo y cruzarlo en busca de nuestros coches.
Ruta bonita y entretenida donde la compañía la hace mejor.

lunes, 29 de febrero de 2016

Montequinto - Los Palacios - La Corchuela - Montequinto

Esta mañana de lunes, al haber sido ayer festivo, nos ha permitido poder disfrutar de la bici con los amigos. Si bien Julián sigue renqueante y Mario acaba de vender su bici y no ha podido salir, Eduardo y su compadre se me han unido para ir a Los Palacios.
No tenía muy clara la ruta a realizar ya que los kilómetros eran sobre los cincuenta y no tenía claro que Eduardo quisiera hacer tantos, pero al final me sorprendió.
Salimos de Montequinto en dirección a Dos Hermanas por asfalto. Una vez en Arco Norte fuimos en busca de la N-IV en dirección Cádiz. Los primeros 9 km. son muy tranquilos pero no se pisa la tierra hasta pasar Las Portadas.
Ya por fin en tierra, vamos por la Colada de Los Palacios, es cuando les comento las variantes para llegar a Los Palacios y Eduardo prefiere hacer más km. e ir por carril de tierra. Por mi perfecto. Así que al llegar al cruce con la Colada de los Plateros giramos por ésta y vamos buscando el Canal del Bajo Guadalquivir. El tramos hasta el canal está muy compacto y con pequeños charcos que son fáciles de esquivar. 
El tramo del canal es muy llevadero y con ligero aire en el lomo nos hace ver cada vez más cerca el municipio. El canal pasa a ser Viaducto en un tramo del que nos tenemos que apartar y se coge la ctra. SE-9023. No la llevamos muchos km. ya que en cuanto podemos buscamos de nuevo las banquetas al lado del canal. Una vez en éste el cruce con la N-IV está cerca. El tráfico es muy fluido y podemos cruzar sin riesgos.
Ya estamos cerca de La Laguna que con la tierra muy apelmazada es fácil de atravesar. Volvemos al canal y en el primer desvío que nos sale nos encaminamos hacia el pueblo. 
El primer bar nos vale y tomamos un desayuno muy bueno en unos veladores con el sol calentándonos.
Volvemos a las bicicletas y como charlamos mientras desayunamos volveremos a Montequinto por el Canal hasta detrás de La Motilla.
Cogemos el canal en dirección contraria esta vez y sin desviarmos para ver La Laguna seguimos hasta cruzar de nuevo la N-IV que trae más tráfico. Seguimos camino por la margen izquierda del canal y al llegar al cruce con la Colada de las Plateras pasamos al otro lado siguiendo el canal. Por este lado hay mas tramos de sombra que aunque ya no hace el frío de esta mañana, si hace que baje la temperatura.
Al cruzar por debajo de la A-4 y seguidamente de la SE-3205 abandonamos el canal y buscamos un camino que nos lleva al Cortijo de Lugar Nuevo y de allí a La Motilla. 
Justo cuando estamos en Dos Hermanas me suena el teléfono y mi mujer me recuerda que me he llevado las laves de los candados de las bicis y la niña no puede coger la suya. Le tranquilizo en que ya estamos cerca. 
Al girar en Arco Norte cogemos el carril bici y les llevo a estos dos por el camino que uso muchas veces por entre el lago y el pensador. Subimos ya a Montequinto y bajada hacia casa. 
Momento de despedidas rápidas y para entregar la bici a Lucía

lunes, 22 de febrero de 2016

Guillena - La Cantina

Mas de tres años hacía que no iba a subir la Lenteja. Del grupo de los de siempre, solo Mario ha podido. Quedo con el más temprano para que no tenga problemas de salir de su casa por el maratón de Sevilla.
Mario se ha olvidado el bidón del agua y damos una vuelta por Guillena buscando algún sitio donde venda aquarius en botella de plástico y al no encontrarla se compra una botella de agua que llevara en la espalda durante la ruta.
Tras diez minutos de vueltas por tiendas regresamos al Cordel de la Cruz de la mujer y empezamos a subir. El ritmo es muy pausado y aunque no hay pendiente dura vamos guardando. Al llegar al desvío del camino restringido lo cogemos.
Vamos igual de pausado entre charla y observando el paisaje. Somos adelantados por varios grupos de ciclistas y nosotros adelantamos a dos corredores de a pie. De vez en cuando paramos para que Mario pueda beber ya que la botella es de rosca.
A lo lejos está ya la Cantina y nos preguntamos si todos los que nos han adelantado estarán desayunando. Al llegar solo había dos ciclistas. El desayuno es muy lento allí pero también nos sirve para descansar antes de la subida. Lo simpático del momento es un gallo que da vueltas alrededor de las mesas y cuando los dos hombres se van pega un salto y se sube a su mesa para terminarse las tostadas de ellos. Con nosotros hizo lo mismo pero solo recogió migas.
Mario me comenta que si me encuentro mejor que siga a delante. Solo le digo que si pone pie a tierra si lo haré, sino estaré a su lado. Es de las subidas más bonitas que hay por sus contra curvas que te hacen ver al resto de ciclistas desarrollando su labor. A mitad de ascensión cogemos a uno y lo pasamos y el grupo que viene detrás nuestro dejamos de verlos. Llegamos arriba y paramos para que vuelva a beber y emprendemos la marcha en la cuesta que está de maravilla. Se puede bajar sin tocar frenos ya que los laterales el firme está compactado.
En el descenso a Guillena nos encontramos con tres repechos, solo el primero más largo y algo duro y por lo demás en un santiamén estamos en los coches.
Estiramos y montamos las bicis y para casa.
Genial volver a Guillena.

lunes, 8 de febrero de 2016

Sevilla - Olivares

He quedado solamente con Mario ya que el resto o seguía convaleciente o tenía guardia. A las nueve como un reloj apareció Mario y empezamos a pedalear en busca de nuestro destino.
El ritmo ha sido muy tranquilo. Todo el mundo nos adelantaba. Tiramos hacia el estadio Olímpico y de allí a Santiponce donde cogemos la carretera que sube a Valencina y a la altura de la Ruta del Agua giramos a la derecha y la cogemos. Nos pensábamos que con la poca lluvia de anoche habría algún que otro charco, pero el terreno seco como la mojama. En el cruce con la Cañada Real de la Isla Mayor descansamos un poco y Mario intenta averiguar como funcionaba su GPS. 
Volvemos a la marcha y ya empezamos a divisar La Alondra, que son las casa que hay en la subida hacia Olivares. Poco a poco nos acercamos y tras un respiro antes de subir, comenzamos. El ritmo es muy conservador y vamos uno al lado del otro hablando. Al llegar arriba nos dejamos caer durante dos km. para volver a subir ligeramente hasta el municipio. Callejeamos un poco y llegamos al bar donde el dueño nos abre la cancela trasera para que dejemos las bicicletas.
Tras un espectacular desayuno cogemos de nuevo las bicis. la vuelta la hacemos por la Vereda de Espadero que es mas suave que la subida del depósito pero tiene tramos un poco técnicos por las lluvias que han dejado el terreno muy quebrado. Llegamos a la Ruta del Agua y giramos a la derecha donde nos ha de llevar de nuevo a casa.
Al llegar al cruce donde paramos antes tiramos por ahí ya que queremos variar un poco el camino. Al enganchar con la Vía Verde de Itálica descansamos otro poco. Ya de vuelta a las bicis, se nota que el ritmo es superior por el descenso del terreno. Al llegar a Santiponce vemos a mucha gente del running y por lo ha visto ha habido una carrera. Vamos en busca del estadio olímpico y casi al llegar a él adelantamos a una pareja y me doy cuenta que es a los únicos que hemos adelantado en todo el día.
De allí al coche hay poco trecho. Estiro bien antes de subir la bici al coche y para casa.