domingo, 13 de marzo de 2016

Guillenazo

Tras la friolera de 4 años y medio (y no por el frío que hacía esta mañana) vuelvo a hacer esta ruta. Hemos salido Mario, Julián (hoy alias Mortadelo) y yo, y hablando no recordábamos cuanto tiempo podía haber pasado. Gracias al blog lo he podido recordar en estos momentos.
En Guillena a las 8,30 habíamos quedado , y a esa más o menos hemos salido. De nuevo y ya van dos en poco tiempo Mario se olvidó su bidón. Esta vez fue menos problemático por que yo llevaba dos y le presté uno. Vamos muy despacio por el Cordel de la Cruz de la Mujer en dirección a la Cantina. Julián iba como una cebolla y es que hacía frío, pero entre la ascensión que es continua y que el ejercicio hace entrar en calor, le comenté que se abriera un poco la cremallera. Eso hizo, pero en la cuesta más dura se retraso un poco y lo esperamos arriba. De repente nos aparece un ciclista de rojo y no de naranja como él iba vestido la parte superior. Nos comenta que le sobraba.
Bajamos a la Cantina y allí desayunamos. Nos hemos entretenido por que entre que le había saltado el fusible al del bar y la cafetera y varias cosas más no le funcionaban, y en que en un momento dado Mario nos comenta que le ha echado demasiado aceite a la tostada, cosa en la que se quedó corto, ya que parecía una ensalada su tostada. Las manos parecían las de los culturistas totalmente brillantes. Y como Julián tiene la bici con menos mantenimiento que un lápiz, le decía que si le pasaba las manos por la cadena. Total que nos lo hemos pasado muy bien.
Volvemos a las bicis y bajamos hacía el embalse de Guillena que tiene una belleza sus parajes increíbles. Al otro lado del embalse nos vamos acercando a la cuesta de los Toros. Muchísimo tiempo sin hacerla pero nos acordamos que lo peor está al final. Tras el primer zig zag Julían no está con nosotros. Girando levemente la cabeza lo vemos no muy lejos en distancia. Nos acercamos a la zona donde están las vaquillas y dos están fuera de la valla, bueno más bien lo estaban todas por que estaba abierta, pero éstas eran las que más miedo nos dieron. Con cuidado pasamos y vimos que Julián también. El ritmo no era muy elevado y si me alejaba un poco me dejaba de ir para subir con Mario. Arriba de la cuesta seguimos un poco más para bajar pulsaciones y cuando estábamos más tranquilos esperamos a Julián. Nada más reemprendemos la marcha.
El tramo hacia el embalse de Castilblanco es en ligera subida hasta la bajada veloz que nos lleva a él. Abajo le comento a Mario que no creo que todas las bajadas que antes eran malas, ahora sean buenas. Lo que pienso que al usar tubeless y llevar menos presión en las gomas tenemos mejor agarre y parece que son más fáciles de controlar la bicicleta en las bajadas. Me como una barita y esperamos a que llegue Julián y a lo lejos se ve un ciclista pero hablando con Mario llegamos a la conclusión de que no era. No equivocamos. En otro arrebato de camuflaje nos aparece con un maillot negro que nos lió. En ese momento nos recordó a Mortadelo. Charlamos un momento y seguimos.
Ya solo nos falta la última subida hacia Castilblanco. Mario encabeza el grupo y de nuevo nos quedamos solos. En un principio me lleva como un poco fuera de punto pero poco a poco voy aclimatándome al ritmo y al calor, que con tanta ropa empieza a sobrar de todo. Al llegar al cruce que nos deja a las faldas del pueblo esperamos a que llegue Julián y lo cruzamos de oeste a este. Las pendientes son duras y cortas. Buscamos un colmado para reponer agua y volvemos a las bicis. Subimos hasta salir del pueblo y nos metemos en la bajada de Barranco Hondo que nos deja en la trialera del Camino de Santiago. La hemos sorteado bastante bien, ya que hay como nuevas variantes por que hay tramos que se han caído o tienen una grieta gigante. En una de esas variante menos mal que llevaba casco porque di un buen cabezazo a una de las ramas. Julián nos comentó que estuvo a punto de irse al suelo. Se me ha hecho un poco larga la trialera ya que me tenía en excesiva tensión. Por fin salimos de ella y bajamos hacia el polígono industrial donde tuvimos una ligera pérdida del camino que solucionamos facilmente. De allí a Guillena pocos km. de asfalto que nos dejan en los vehículos.
Al llegar a ellos estiramos y realmente estoy cansado. Al llegar a casa ducha, comer viendo la Paris Niza y estiro bastante.


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