domingo, 31 de enero de 2010

Guillena-Venta del Alto

Hoy teníamos pensado haber ido a Montellano con mi amigo Juan Antonio, pero ayer por la tarde me llamó que no se encontraba bien, así que entre ayer por la tarde y hoy hemos estado dudando hacía donde ir.

Habíamos quedado en el Alamillo pero al final decidimos ir a Guillena. Hoy había infinidad de ciclistas a eso de las 9 h. que es cuando hemos llegado. Salimos Julián, Eduardo, Mari y yo hacia la Ruta del Agua ya que está de maravilla ahora que en el tramo malo esta sin piedras sueltas.

Hemos ido muy tranquilo y en varios puntos veíamos a otros ciclistas ya que el carril estaba minado por nosotros. En el recodo donde se empieza la pequeña subida apreté y empecé a pasar a diestros y siniestro. Siempre estamos acostumbrados a ir solos y con tanta gente te motiva bastante ya que no adelantas a uno que ves a otro a escasos mts. por delante.

Ya arriba me deje caer y Mario llegó al instante, y ya pusimos los dos un buen ritmo hasta llegar a la Cantina, pero la sorpresa fue ver que estaba llena de cazadores. El desayuno pasó a ser una barrita y tiramos hacia delante.

Fuimos hacia la cuesta de la Central del Cala. Los primeros km. son por un carril con bastantes piedras caídas de las laderas de estas pasadas lluvias. Incluso había un tramo que el carril se había caído por el terraplén. Por fin llegamos al asfalto que es una bajada hasta cruzar el puente para empezar a ascender un tramo duro de uno 800 mts. donde Julián que iba en cabeza se creció y tiro todo lo que pudo pero Mario y yo lo seguimos a una distancia prudencial hasta que Julián volvió a dejar de ser escalador. Lo pasamos y él decidió seguir con Eduardo.

Nosotros fuimos a un buen ritmo hasta llegar a un urbanización donde esperamos a los dos. Allí llegaron otros tres ciclistas que descansaron menos que nosotros y salieron antes. Volvimos a la bicis y apenas habían transcurridos unos mts. cuando el dúo calavera se había descolgado para poder hablar de sus cosas.

La primera rampa se veía ya cerca y el ritmo comenzó a subir tanto que nada más empezar tiré todo lo que pude y me fui en busca de los tres ciclistas que iban por delante. Los fui pasando de uno en uno y Mario a su vez también. El final se te hace bastante largo peor la distancia me daba para poder ajustar las distancias y me relajé lo suficiente para coronar arriba. Mario llegó al instante y tras los ciclistas, Julián con Eduardo bastante cerca.

Descansamos un poco y de nuevo los otros salieron antes. En cuanto nos montamos nos dejamos caer hasta el cruce donde llegamos a la carretera de la Media Fanega. Este puerto no es más duro que el anterior, pero al estar más desangelado el aire te golpea más fácilmente. Se ha subido a ritmo y de nuevo la meta era ir cogiendo a estos ciclistas. Mario esta vez iba un poco más atrasado pero también atrapándolos. Ya en la Venta del Alto esperamos a Julián y a Eduardo que iba con un calentón que ni nos vio parado y tuvimos que dar un bocinazo.

Ya solo quedaba bajar por la carretera hacia Guillena pero no llevábamos ni doscientos metros cuando a Mario se le rompió el cable del desviador de platos. Paramos en una gasolinera que había cerca y le hicimos un apaño para que fuera con el mediano. La bajada hacia Las Pajanosas ha sido rápida y fría ya que el aire daba sensación de más del que hacía.

Nada más salir de Las Pajanosas Julián dio unos de sus típicos ataques que partió el grupo en tres. El por delante, yo a unos segundos y los dos tranquilos pedaleando hasta su destino. La verdad es que me confié y cuando quise apretar tuve que apretar de lo lindo. Su fallo fue que en un tramo bueno de bajada no se dejó de caer y siguió pedaleando y en cuanto vino el repecho tenía las piernas sin oxígeno, momento que aproveché para reducir las distancias y adelantarlo. Arriba del repecho apreté lo justo para dejarme caer hasta el pueblo. Este Julián un poco más y me da un disgustillo.

La anécdota del día fue que estos dos se perdieron por Guillena y tardaron más de la cuenta en llegar al coche.

domingo, 24 de enero de 2010

Aznalcóllar

Hoy hemos tenido que cambiar los planes de la ruta, que no el lugar, ya que al final Mario y Eduardo les ha dado cosilla salir lloviendo.

Pues se han equivocado por que al llegar al pueblo ya no llovía. Ibamos a ir hasta El Álamo, pero ante la falta de gente decidimos hacer la ruta de la Diputación. Como no tiene lugar en la ruta para desayunar aprovechamos antes de montarnos en las bicis.

Justo al salir nos cayeron 4 gotas y no duro ni un par de calles. Desde ese momento ya no llovió.

Salimos los tres, Julián, Paco y yo, del pueblo por la carretera que va hacia El Álamo. Es una carretera en bajada en su mayoría con algún que otro repecho que nos va llevando hacia el inicio del camino que debemos de coger. Las lluvias del último mes, más la de ayer hacía que se viese agua por cualquier lado, pero sobretodo el Embalse del Agrio que estaba incluso soltando agua.

Por fin llegamos a la Casa de la Sebastiana donde dejamos atrás la carretera y nos lanzamos hacia abajo a cruzar el Arroyo de la Sebastiana donde empieza la primera subida del día, el Puerto de la Cruz. Es un puerto corto de 1 km. al 5,9% pero que una vez arriba, tras bajar un poco sigue ascendiendo hasta el cruce cercano a la casa de la Tejadilla. Sumándole este tramo son 3 km. de desgaste, que al llegara arriba me dejó una sensación de que no iba fino del todo. Paco también llegó cansado y Julián como una rosa ya que no es su terreno y no se fuerza.

Nos lanzamos cuesta abajo hacia el Barranco de Tejadilla por donde cruza una arroyo con el mismo nombre. Que corta se nos hizo la bajada, por que no tiene ni un metro de llano y empiezas de nuevo a subir.

Vamos en dirección a la Casa del Corchito pero esta larga subida de 9,5 km. tiene como varias zonas. La primera es hasta cerca de la Casa de Las Carnicerías, de 4,7 km. con rampas duras del 9% pero de muy buen firme, aunque con las lluvias anteriores había tramos donde bajaban dos río s por las roderas que habían hecho los vehículos. La segunda parte son otros 4 km. de toboganes con alguna rampa de nuevo al 9% y ya por fin de nuevo subida de 700 mts. hasta la Casa del Corchito del 5,6%.

El grupo arriba se vuelve a unir por el mismo orden. Cogemos de nuevo la carretera en dirección a El Álamo y tras una subida donde Julián realizo un gran ataque que nos dejó a Paco y a mí perplejos, nos venía una bajada donde Julián pone todo su potencial. El problema es que con el esfuerzo que hizo, posiblemente la sangre oxigenada se le bajo a los pies y se pasó del cruce y tuvo que retroceder sus pasos. Total que como escalador no se ganaría la vida pero como showman no le faltaría el trabajo. Es la primera vez en mi vida que me adelantan dos veces sin yo haberlo pasado. Esto solo le podía pasar a él.

Ahora estamos de nuevo en el carril y vamos como por un altiplano de unos 3,5 km. en ligero descenso hasta que por fin viene una gran bajada hasta el puente que nos cruza el Río Cañaveroso. Antes Julián en un carril que 4 mts. de ancho cruzó por todo el medio un charco de medio metro de ancho. Creemos que seguía con mucho oxigeno todavía por las extremidades inferiores. Abajo paramos un rato para cavilar como íbamos a hacer la subida corta pero dura de Charcofrío.

Paco era primerizo hoy el Aznalcóllar y le íbamos comentando como era cada una de las cuestas, pero esta por mucho que te digan, debes de sentirlas en tus piernas. Hablamos de 1,7 km. al 8,4% y alguna rampa al 12%. A mí esta subida lo peor es la falta de curvas en herradura que te hace pensar en pasar la siguiente, pero en cambio esta cuesta se basa en grandes rectas y curvas casi rectas que no hacen ver un respiro. Los últimos mts. los tuve que hacer casi con lo ojos cerrado por que el sudor se me metía en los ojos y no veas lo que escuece.

Paco llegó cansaete, y Julián de nuevo como una rosa, aunque un poco marchita. Proseguimos nuestra marcha hacía la finca de Charcofrío. Este tramo siempre suele ser de bastante maleza pero esta vez le hemos sumado el río por el que hemos ido pedaleando. Incluso se formaban algunos charcos donde se hundía bastante la bici, pero hemos tenido la suerte de no meter los pies. Llegamos a la fuente donde recargamos y volvimos a las bicis.

Ahora empieza el tramo más pestoso, lleno de toboganes que no te hacen coger ritmo. Julián estaba bastante jarto. Son 8,2 km. que lo bueno es que vamos perdiendo altura. Llegamos de nuevo a la carretera pero esta vez en dirección Aznalcóllar. La etapa está a punto de terminar una vez que hemos superado la última subida desde cerca del Embalse del Agrio hasta el pueblo.

Ya en el coche, estiramos y montamos las bicis y para casa.

viernes, 15 de enero de 2010

Venta del Alto-El Ronquillo y vuelta

Esta mañana he salido solo hacia la Venta del Alto para hacer la ruta típica que me ha de llevar a El Ronquillo, Los Lagos del Serrano y de vuelta a la Venta por la Central del Cala.

Salí con las primeras luces de la mañana y bajando la media fanega hacia un frío que te daban ganas de dar media vuelta y empezar a subir para calentar.

Ya abajo empiezo a pedalear y nada más cruzar el puente de la Rivera de Huelva comienzo a subir. Es un tramo exigente de 800 mts. al 7,3% de media que te aporta la calor necesaria para el pedaleo.

Aquí han empezado mis problemas. Cuando he empezado el camino del Antiguo ferrocarril de las Minas del Cala, había un charco que me dije a mi mismo: para adelante José Antonio. Pues cuando me di cuenta tenia los platos de la bici buceando por el charco. Los pies empapados, ¡qué frío!

Ya con el coraje seguí pensando que sería el único. Pues el único no fue por que charco pequeños habré cruzado como 20 pero grandes como este otro 3 o 4 también. Ya por fin llegué a la carretera que sube a El Ronquillo, y en este punto cambié mis planes. Cuando llegase arriba me iba de regreso por la N-630 ya que los pies los tenía como un niño chico jarto de estar en la bañera.

Los casi 4 km. de la subida se han hecho duros de co…nes. En cuanto llegué arriba barrita y ha seguir que al principio se sube un poquito para salir del pueblo, pero después viene una buena bajada. Se cruza la autovía nueva por lo alto y de nuevo bajar hasta el puente de la Rivera de Huelva donde comienza la Media Fanega.

Son 4 km. ha una media del 5% pero como el día estaba cruzado parecía del 10%, menos mal que iba solo y tan solo debía preocuparme de llegar arriba sin mirar si Mario me coge o se escapa. Ya arriba monté la bici rápido en el coche y para casa donde he limpiado la bici y la he dejado como nueva. Y después una ducha calentita y reparadora.

viernes, 8 de enero de 2010

Montequinto-Dos Hermanas-Los Palacios-Utrera

El frío parece que ha vuelto. Después de dejar a Lucía en el cole, me vestí reglamentariamente y me dispuse a dar una vuelta por carretera ya que con la lluvia de estos días está todo enfangado.

Salgo de Montequinto hacia el hipódromo y bajo hacía Dos Hermanas donde cojo la N-IV que me ha de llevar a Los Palacios. Bien pegadito al arcén han pasado los km. y el único calentón que me he pegado ha sido cuando otro ciclista de carretera se me enganchó al rebufo. Hombre a mí no me importa compartir el aire en contra, pero después de que llevar una bici rodadora, lo mínimo es ponerse delante. Total que apreté y cogimos a otros dos de carretera que iban más despacio y ocupaban todo el arcén. Al llegar a un media isleta los pasé por el lateral y mi “compañero” se quedó con ellos que daban buen cobijo.

Ya en Los Palacios, me como una barrita y callejeo por sus avenidas en busca de la señal que me mande hacia Utrera. Al llegar a una rotonda la encuentro y giro 90º había la izquierda. Aquí empiezo a notar que el aire lo había llevado casi siempre a favor y ahora me viene de costado. El pedaleo sigue siendo bueno y la media sigue creciendo, pero ya cerca de Utrera entre que estoy cansado y que alguna curva te hacer mirar al norte se nota la fuerza del viento.

En Utrera giro de nuevo 90º y el dios Eolo me recuerda que los ciclista y el no nos llevamos bien. Puede llover, hacer calor, frío, que más o menos se lleva, pero el viento es de lo peor.

Salgo de Utrera buscando la autovía, bueno su vía de servicio, y al salir y llegar al cruce de El Comodoro, me como otra barrita que todo aporte es bueno.

El camino por la vía de servicio no tiene ninguna vista bonita y entre que llevo la cabeza agachada para evitar el viento, se me hace eterno este tramo, hasta que al llegar a la gasolinera de enfrente de la Hacienda Mendieta se me une un ciclista de carretera (bueno más bien habría que decir que la bici era de carretera, pero de la época de Federico Bahamontes) que me da un pasote que me altera mi ego, por que es que encima es que iba con chándal.

Empiezo apretar y a los pocos metros lo cojo y lo suelto pero él chaval que será igual de picao que yo, y empezamos una persecución que me sirve muy bien de entreno, pero me deja las piernas hechas mistos ahora que estoy aquí sentado. Al llegar al cruce de Dos Hermanas y la ITV yo sigo para Torrequinto y a él ya no lo veo más.

El problema empieza otra vez, por que por las obras de las SE-40, la vía de servicio de tierra está cortada y me tengo que meter en la autovía para hacer 300 mts. a toda leche. Ya en Torrequinto subo el puente peatonal y cruzo al otro lado que tiene mejor firme y me tiro cuesta abajo hasta llegar casi al cruce donde un idiota que no tiene amarradito a su perro, me hace llevar un buen susto por que el bicho se me tiraba en lo alto. Menos mal que no ha pasado nada, pero he de reconocer que me he acordado mucho de su madre (la del idiota).

Por fin en Montequinto y reventadito. Callejeo buscando la mía y para la ducha que estoy cansadísimo.

domingo, 3 de enero de 2010

Guillena

Las dudas de si iba a llover, fueron disipadas sobre las 10,30 pero antes pasaron otras cosas.

A las 8 salía de casa en busca de Julián y nada más recogerlo nos fuimos a Guillena. Allí nos reunimos con mi vecino Paco que había ido a buscar a su cuñado Manolo, y a Mario que fue el primero en llegar.

Como Paco no conocía el tramo restringido de la Ruta del Agua, pues decidimos tirar para allí. Sobre las 9 empezamos los cinco. Bien pronto nos dimos cuenta que Manolo llevaba más de 2 años sin coger la bici. Antes de llegar al cruce se iba quedando y Paco le acompañaba, Mario y yo que íbamos delante aminoramos el ritmo y Julián que estuvo un rato halando en el grupo trasero, nos cogió.

Ya en el tramo restringido empezamos a echar cuenta la de tiempo que no pasaba yo por allí, más precisamente desde la Quedada de Ciclofilia del 28 de febrero de 2008.

A mi nunca me ha gustado mucho esa zona, ya que al principio es muy ciclable pero después era de piedras sueltas y se me quitaban las ganas, por muy bonito que sea ver el Embalse del Gergal, que hoy estaba al máximo. Normal después de tantos días de lluvia.

En el Mirador de las Casa del Cazurros, paramos para unir el grupo. Ahora íbamos a entrar en la peor zona de piedras sueltas y algún repecho, pero cual ha sido mi sorpresa que el firme seguía igual de bueno. Los km. seguían pasando por esta autovía y tras el repecho nos quedamos Mario y yo delante con Julián cerca y el dueto de cuñaos más retrasados. Por fin veíamos la Cantina pero el cielo esta cada vez más cerrado.

Al llegar empezamos a pedir las tostás y el grupo fue volviendo a crecer. Justo cuando estábamos terminando empezó a llover y cambio los planes de ir por la Central y subir la Media Fanega, para subir la Lenteja y dejarnos caer hacía los coches.

La subida es archiconocida pero le di unos consejos al cuñao para que subiera por donde hay menos pendiente aunque se hagan más metros. Salimos escopeteados por el chirimiri que caía y en las primeras revueltas vimos como Manolo se quedaba y, Paco y Julián, iban un poco por detrás nuestro.

El primer km. de subida es más duro ya que es del 8.5% de media pero en sus zigzag tiene varias rampas del 11%. Esta zona la pasamos ya con el pelotón totalmente roto. Mario me seguía a escasos mts. y por detrás me dijeron que iba Paco con Julián más o menos cerca, y Manolo empezando a bajarse de la bici. El 2º km. es menos duro, 7.4%, aunque siguen saliendo rampas del 11%. Los zigzag ya han desaparecido y aparecen las rectas que parecen no acabar nunca. El pelotón iba igual. Y lo últimos 400 mts. es un falso llano casi en bajada buena parte que te hace coger velocidad para lanzarte a por la ultima rampa que es del 9%, pero ya todo lo duro termina al llegar a la planicie de lo alto.

Lenteja desde Cantina

Ya arriba aminore un poco y Mario se unió al instante y nos lanzamos para abajo. Me cuenta que Paco llegó tercero con Julián con la medalla de chocolate y Manolo de farolillo rojo que si solamente eres del Betis te tiene que molestar.

La bajada, fue rápida y con la lluvia por momentos fuerte, pero justo al llegar a los coches paró, cosa que nos sirvió para poder tranquilamente subir las bicis e irnos.

Hay que decir que Julián atacó a Paco en la bajada y lo dejó tirado, aunque seguro que después dirá que es porque esperaba a su cuñao.

Etapa cortita pero ahora viene dos fines de semana sin salir y algo es algo.