viernes, 8 de enero de 2010

Montequinto-Dos Hermanas-Los Palacios-Utrera

El frío parece que ha vuelto. Después de dejar a Lucía en el cole, me vestí reglamentariamente y me dispuse a dar una vuelta por carretera ya que con la lluvia de estos días está todo enfangado.

Salgo de Montequinto hacia el hipódromo y bajo hacía Dos Hermanas donde cojo la N-IV que me ha de llevar a Los Palacios. Bien pegadito al arcén han pasado los km. y el único calentón que me he pegado ha sido cuando otro ciclista de carretera se me enganchó al rebufo. Hombre a mí no me importa compartir el aire en contra, pero después de que llevar una bici rodadora, lo mínimo es ponerse delante. Total que apreté y cogimos a otros dos de carretera que iban más despacio y ocupaban todo el arcén. Al llegar a un media isleta los pasé por el lateral y mi “compañero” se quedó con ellos que daban buen cobijo.

Ya en Los Palacios, me como una barrita y callejeo por sus avenidas en busca de la señal que me mande hacia Utrera. Al llegar a una rotonda la encuentro y giro 90º había la izquierda. Aquí empiezo a notar que el aire lo había llevado casi siempre a favor y ahora me viene de costado. El pedaleo sigue siendo bueno y la media sigue creciendo, pero ya cerca de Utrera entre que estoy cansado y que alguna curva te hacer mirar al norte se nota la fuerza del viento.

En Utrera giro de nuevo 90º y el dios Eolo me recuerda que los ciclista y el no nos llevamos bien. Puede llover, hacer calor, frío, que más o menos se lleva, pero el viento es de lo peor.

Salgo de Utrera buscando la autovía, bueno su vía de servicio, y al salir y llegar al cruce de El Comodoro, me como otra barrita que todo aporte es bueno.

El camino por la vía de servicio no tiene ninguna vista bonita y entre que llevo la cabeza agachada para evitar el viento, se me hace eterno este tramo, hasta que al llegar a la gasolinera de enfrente de la Hacienda Mendieta se me une un ciclista de carretera (bueno más bien habría que decir que la bici era de carretera, pero de la época de Federico Bahamontes) que me da un pasote que me altera mi ego, por que es que encima es que iba con chándal.

Empiezo apretar y a los pocos metros lo cojo y lo suelto pero él chaval que será igual de picao que yo, y empezamos una persecución que me sirve muy bien de entreno, pero me deja las piernas hechas mistos ahora que estoy aquí sentado. Al llegar al cruce de Dos Hermanas y la ITV yo sigo para Torrequinto y a él ya no lo veo más.

El problema empieza otra vez, por que por las obras de las SE-40, la vía de servicio de tierra está cortada y me tengo que meter en la autovía para hacer 300 mts. a toda leche. Ya en Torrequinto subo el puente peatonal y cruzo al otro lado que tiene mejor firme y me tiro cuesta abajo hasta llegar casi al cruce donde un idiota que no tiene amarradito a su perro, me hace llevar un buen susto por que el bicho se me tiraba en lo alto. Menos mal que no ha pasado nada, pero he de reconocer que me he acordado mucho de su madre (la del idiota).

Por fin en Montequinto y reventadito. Callejeo buscando la mía y para la ducha que estoy cansadísimo.

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