lunes, 7 de marzo de 2016

Bollullos - Villamanrique - Bollullos

Por fin es domingo y hemos quedado para salir. Sobre las ocho recojo a Julián que ya está mejor de su dolencia y nos vamos a Bollullos a la espera de encontrarnos con Mario y Eduardo. Sacando nuestras bicis llegan y podemos admirar el pepino de bici que se ha pillado Mario.
Después de limpiarnos la boca de saliva, jeje, salimos con las bicis en busca de Villamanrique por el Camino de Rianzuela. La mañana está fresca pero soleada. Entre charlas pasamos a coger el Cordel de Triana y más adelante un poco del Camino de Marlo donde giramos a la izquierda y nos encontramos con los primeros fangales. Observamos que un sendero a la derecha parece que los evita y pasamos a un divertido single-track ondulado y serpenteante que nos deja al final del tramo de fango impolutos, o casi.
Ahora nos metemos por la Colada de Villamanrique y tras la nocturna del 2014 cogemos el sendero a la derecha que nos quita el tramo de arena suelta. A Eduardo que no lo conocía le ha encantado.
Cruzamos la ctra. SE-667 y cogemos el Cordel de los Caminos de los Playeros que nos lleva al Vado del Quema.

De allí al pueblo vamos por la Cañada de los Isleños hasta el cruce con la Cañada Real del Carrascal que os encaja en el pueblo. Desayunamos en un velador al solecito y tras la charla volvemos a las bicis que solo llevamos 20 km. y nos quedan 30.
La salida es por el mismo camino pero ahora no abandonamos la Cañada Real del Carrascal hasta cerca de Aznalcazar donde cogemos por un camino cortado a los vehículos de cuatro ruedas un tramo del Corredor Verde del Guadiamar que nos lleva a la ctra. A-474. La cruzamos con mucho cuidado y volvemos al corredor. A nuestra derecha está Aznalcazar que no entramos en ella. Empezamos a ver muchos senderistas y caballistas, a parte de ciclistas. El viento es de cara y se hace un poco largo llegar a la A-49 donde nos damos un respiro. 
Emprendemos la subida hacia Benacazón. y Mario y yo subimos juntos con el viento de costado izquierdo que si no beneficia, al menos no fastidia. Eduardo nos sigue un poco más lejos y Julián es el que lo pasa peor. Lleva mucho tiempo parado y eso se nota.
En cuanto llega no paramos para que no se enfríe y seguimos nuestra marcha casi siempre pegado a la autovía. La han asfaltado toda y pierde su gracia, pero pensando en el día que se encuentre uno mal, no está mal.
Así que tranquilamente llegamos al PIBO y ya solo nos falta dirigirnos al pueblo y cruzarlo en busca de nuestros coches.
Ruta bonita y entretenida donde la compañía la hace mejor.

No hay comentarios: