lunes, 22 de febrero de 2016

Guillena - La Cantina

Mas de tres años hacía que no iba a subir la Lenteja. Del grupo de los de siempre, solo Mario ha podido. Quedo con el más temprano para que no tenga problemas de salir de su casa por el maratón de Sevilla.
Mario se ha olvidado el bidón del agua y damos una vuelta por Guillena buscando algún sitio donde venda aquarius en botella de plástico y al no encontrarla se compra una botella de agua que llevara en la espalda durante la ruta.
Tras diez minutos de vueltas por tiendas regresamos al Cordel de la Cruz de la mujer y empezamos a subir. El ritmo es muy pausado y aunque no hay pendiente dura vamos guardando. Al llegar al desvío del camino restringido lo cogemos.
Vamos igual de pausado entre charla y observando el paisaje. Somos adelantados por varios grupos de ciclistas y nosotros adelantamos a dos corredores de a pie. De vez en cuando paramos para que Mario pueda beber ya que la botella es de rosca.
A lo lejos está ya la Cantina y nos preguntamos si todos los que nos han adelantado estarán desayunando. Al llegar solo había dos ciclistas. El desayuno es muy lento allí pero también nos sirve para descansar antes de la subida. Lo simpático del momento es un gallo que da vueltas alrededor de las mesas y cuando los dos hombres se van pega un salto y se sube a su mesa para terminarse las tostadas de ellos. Con nosotros hizo lo mismo pero solo recogió migas.
Mario me comenta que si me encuentro mejor que siga a delante. Solo le digo que si pone pie a tierra si lo haré, sino estaré a su lado. Es de las subidas más bonitas que hay por sus contra curvas que te hacen ver al resto de ciclistas desarrollando su labor. A mitad de ascensión cogemos a uno y lo pasamos y el grupo que viene detrás nuestro dejamos de verlos. Llegamos arriba y paramos para que vuelva a beber y emprendemos la marcha en la cuesta que está de maravilla. Se puede bajar sin tocar frenos ya que los laterales el firme está compactado.
En el descenso a Guillena nos encontramos con tres repechos, solo el primero más largo y algo duro y por lo demás en un santiamén estamos en los coches.
Estiramos y montamos las bicis y para casa.
Genial volver a Guillena.

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