Tras entrenar un poco estos días por Condequinto en el llano, me he preparado para mi primera nocturna. A las diez de la noche he quedado con Mario en Guillena. Preparamos nuestras luces y mi linterna pequeña enciende, pero la del frontal no. Bueno con la lucecita que llevo y con la de Mario vamos sobrado. El tiempo está bastante fresco por lo que me pongo mi chaleco para protegerme el pecho.
El cielo empieza a ponerse cada vez más negro. Llegamos al tramo restringido y nos quitamos el escaso trafico de coches y motos que nos hemos encontrado.
El camino tiene sus toboganes y nos maravilla poder ver solo el carril y todo a tu alrededor negro. De repente Mario me comenta que ya ve a lo lejos las luces de la cantina. Me extraña un poco pero como no me sitúo bien del todo, pues me lo creo, pero nos vamos dando cuenta que la luz se va moviendo hacía nosotros. Nos asombramos al ver a un hombre corriendo con un frontal en la cabeza. Con lo cagones que somos los dos, jamás saldríamos solos y menos por mitad de Guillena.
Por fin llegamos a la cantina donde nos hacemos unas fotos y cenamos nuestros bocadillos.
Volvemos a las bicis y lo que fue un paseo cómodo en la ida cambia por subir mucho el ritmo, al menos para mí. En los repechos Mario se me va siempre y pongo mi ritmo y lo pillo arriba en las cumbres donde me espera. Los km. se me están haciendo cada vez más largos. Por fin salimos de tramo restringido, pero los últimos tres km. que en su mayoría son cuesta bajo se me eternizan. Por fin a las 12:35 de la noche llegamos a los coches.
Vuelta para casa y duchazo.
Nos ha encantado la nocturna
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