domingo, 21 de junio de 2009

Montequinto-Dos Hermanas-Utrera-Alcalá-Montequinto

Salida dominguera en la que hemos ido Julián, mis vecinos Paco y Carlos, y yo. Nada más salir de Montequinto Carlos tenía la bici pinchada y la hemos cambiado antes de que hiciera más calor.

Nos dirigimos hacia Dos Hermanas por los Cerros y la carretera del Hipódromo. Vamos bajando hasta llegar a la ciudad y ahora callejeamos para encontrar el inicio de la ruta , pero en sus calles me lío un poco y damos un poco de vuelta.

Por fin llegamos al Recinto Ferial y de allí al camino no hay nada. Empezamos por el camino del Nevero pero al instante giramos a la derecha y lo dejamos atrás. Este camino termina en la carretera que te lleva a la A-376 y que antiguamente era la Vereda del Rayo.

De nuevo giramos a la derecha y la abandonamos para coger la Colada de Pelay-Correa. Este camino termina de repente por un muro que impide su paso ya que la vía del trena está detrás. Giramos a la izquierda y continuamos. A pocos mts. giramos a la derecha por debajo de un túnel de la vía y cogemos la Cañada de Matalageme.

El transitar por esta Cañada dura poco ya que llegamos a la Vereda de Utrera que está asfaltada y no tiene nada que ver con el camino pedregoso que era antiguamente.

El grupo va unido ya que la orografía no tiene ninguna dificultad, pero el ritmo es elevado. Seguimos por la vereda hasta llegar a un cruce que cogemos recto y se acaba el asfalto. En este tramos la sombra es nuestra compañera y enemiga por una historia que nos ha de pasar dentro de un rato. Es un terreno de socavones y fango pero que con la calor de estos días, está completamente seco. De repente Carlos que va primero pasa por un agujero que solo tiene escasos centímetros por un lado para no caerse. Yo que voy detrás doy una voz pero es tarde. Lo siguiente es un sonido de caída al suelo. Paco no ha podido evitarlo pero ha sido una tontería ya que ha sido una caída seca y no tiene ni rasguños.

Continuamos por el camino que deja de tener sombras a cada pedalada que damos y nos vamos acercando a Utrera.

Ya en Utrera desayunamos rápido y volvemos a las bicis. Salimos del pueblo por una de sus últimas bocacalles que nos ha de llevar al Camino de Cuesta Carretilla. Ascendemos por un puente la vía del tren y ya al bajar el asfalto empieza a desaparecer. Vamos por una zona de casas que cada vez son menos en cuanto nos alejamos más de Utrera.

El cuarteto ahora son dos parejas. Carlos y yo delante, y Paco y Julián detrás. El camino es casi siempre cuesta abajo. En un monumento vamos en medio de campos de girasoles y nos sale de nuestra izquierda un águila que nos deja boquiabierto. Seguimos pedaleando y llegamos al inicio de la cuesta que da nombre al camino. Nos reagrupamos y comenzamos.

La sorpresa que me llevo arriba es que Julián aparece segundo. Paco está casi en las últimas y Carlos se ha quedado a su lado.

Bajamos hasta Alcalá y nos metemos por el Camino de la Retama pero a la altura del Puente del Dragón lo dejamos y buscamos un camino que va paralelo al Río Guadaira. Vamos entre eucaliptales hasta que subimos un repecho y pasamos a circular con una valla a nuestra izquierda y un barranco a la derecha. Es una zona muy bonita y un poco técnica, que con toda la maleza seca que hay hace invisible a veces el camino.

Llegamos a su fin a la altura de nuevo del Cordel de Pelay-Correa que nos encamina apenas unos centenares de mts. ya que giramos a la derecha en busca de Montequinto.

Este camino lo llevamos pocos mts. ya que Carlos me comenta que subimos un poquito más y llegamos al Camino de la Retama y después de un repecho ya estamos en Montequinto. Para esos momentos Paco ya no está en las últimas, está pajarón. Va pedaleando como puede y consigue salvar la primera subida pero ya el el Camino de la Retama el repecho es demasiado exigente y tira pies a tierra.

Desde la parte alta bajamos a Condequinto donde dejamos a Julián que se va para su casa y nosotros tres nos dirigimos a nuestra casa.

La verdad es que Paco se a portado como un jabato y si no fuese por el ritmo fuerte de la ida a Utrera no creo que hubiera desfallecido.

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