sábado, 31 de octubre de 2009

Guillena-Castilblanco-Embalse-Cantina-Lenteja

Al final Julián no ha venido después de una dura negociación, pero al rato ya tenía sustituto. Mi vecino Carlos se acopló. Por la mañana salimos Paco, Carlos y yo en busca de Guillena donde nos encontramos con Mario y Eduardo.

Salimos en dirección a Burguillos y al llegar al polígono industrial nos metimos para adentro ya que el camino de tierra empieza ahí. Estamos en terreno del Camino de Santiago y me vino al recuerdo la última vez que lo intentamos Julián y yo, y aquello era una barrizal que nos hizo dar la vuelta.

Al principio vamos subiendo muy ligeramente pero por un firme bastante bueno exceptuando algún reguero fácil de evitar. Por fin llegamos a la trialera. Les dejo paso a Mario y Carlos que son más técnico que yo y poco se me van escapando. De esta parte estoy muy contento ya que solo en tres veces he tenido que sacar el pie. Arriba juntamos de nuevo el grupo de cinco.

La intención era que como teníamos que coger la carretera, ir todos juntos. Total que puse un ritmillo bastante cortito pero íbamos juntos, hasta que los de atrás empezaron que así no llegábamos. Empecé a subir el ritmo poco a poco hasta que se fueron descolgando todos menos Mario, y en el tramo final Paco se volvió a reenganchar. La sensación no fue muy buena ya que hubo un momento que iba a tope y Mario apenas tuvo problema para seguirme.

Arriba de Castilblanco volvió la unión y Eduardo que parece que todavía no se ha recuperado del todo decidió que después del desayuno se volvía para atrás. Desayunamos y el grupo perdió una unidad.

Saliendo del pueblo nos encontramos con 6 ciclistas que iban unos 50 mts. delante. Bajamos bastante rápido al Embalse con Carlos en cabeza y Mario cerca. Paco y yo más despacio en la bajada. Al inicio de la subida empezamos juntos pero esta subida parece que no se me da bien y si encima cometo fallos de alevín pues peor. Pronto nos quedamos Mario y yo solos y de repente me digo que voy muerto y voy con todo el desarrollo, pero no era verdad, me había cascado la parte dura con el plato mediano y eso me dejo listo de papeles. Cuando la pendiente dejó de ser dura Mario se fue yendo poco a poco hasta contactar con los 6 ciclistas y después incluso los dejó.

Yo me dedique a intentar recuperar, con un ojo detrás por si Paco y Carlos se acercaban. Llegamos por fin al cruce de Los Lagos del Serrano o la Cantina y allí llevaba un rato Mario esperándome. Descansé y le felicité hasta que llegaron los dos. Paco paró pero Carlos decía que prefería no parar y siguió. Después nos comentó que el cuadriceps se le estaba montando y prefería seguir. Tras un rato de charla nos lanzamos para abajo los tres pero Mario se escapó. Cruzamos la presa de la Ribera de Huelva y comenzamos a subir hacia La Cantina. Cuando llegamos a La Cantina solamente estaba Mario. Paco dijo que veía a Carlos ya subiendo la Lenteja.

Arrancamos de nuevo. La subida ha sido espectacular por que estaba plagadita de ciclistas. Hemos ido los tres juntos hasta uno de los últimos repechos donde Paco decidió poner pie a tierra y nos quedamos Mario y yo entre la marabunta de ciclistas que fuimos adelantando, exceptuando a uno que subía para arriba a plato mediano y poniéndose de pie. Mi sorpresa fue que en la última rampa me quedé solo y apreté. Vi a Carlos sentado en la sombra de un árbol. Lo pasé y seguí hasta arriba. La subida tiene un descansillo al final donde se vuelve al plato mediano y a bajar piñones, para justo en la cima se coge una última rampa durilla pero soportable.

Mario venía cerquísima y arriba estuvimos hablando de que el etapón que se había marcado. Cuando se descolgó pensé en esperarlo ya que se merecía haber dominado de principio a fin pero ese pensamiento me duró tres segundos y me volvió el de siempre, es decir, coge todo lo posible que luego puedes tener un mal momento.

Fueron llegando Carlos y Paco y reemprendimos la marcha. Son 9 km. pero casi todos en bajada que se hicieron muy rápidos, hasta que por fin vimos los coches.

Bonita etapa que de dos veces que la he hecho nunca se me ha dado bien, pero esperemos que no halla dos sin tres.