domingo, 29 de noviembre de 2015

Sanlúcar La Mayor - Aznalcóllar

Por fin volvemos a quedar "Los de siempre" en otra ruta.
Bien temprano recojo a Julián y nos vamos para Sanlúcar. Hemos quedado con Mario en la Venta Pazo de Benacazón. Mientras le cuento a Julián que hay otra Venta Pazo en Sanlúcar y que una vez fui a una boda donde hubo una confusión con si era en una o en otra, resulta que Mario se pierde y se va a la de Sanlúcar. Arrancamos el coche y lo recogemos. Llegamos al sitio donde empezaremos la ruta. Mientras bajamos las bicis llega Eduardo y su compadre.
La temperatura es baja y encima empezamos en bajada, pero como solamente nos dejamos caer parece que es soportable. Al llegar al corredor verde el sol nos comienza a calentar muy poco a poco.
El ritmo es tranquilo y vamos charlando de muchas cosas que tenemos pendientes. Los km. van pasando y llegamos al puente que nos cruza a la otra orilla del Guadiamar. Siempre giramos a la derecha para seguir hacia la carretera, pero esta vez continuamos rectos por el Cordel de los Carboneros. Y nos llega la primera sorpresa. Una balsa de agua y fango que ocupa todo el carril. La pasamos por un lateral y a escasos metros nos llega otra que de nuevo hay que pasarla con mucho cuidado por un lado.
Las balsas siguen apareciendo pero sin obstruir el paso. Mario y yo nos hemos alejado un poco del resto y comentamos que seguro que al menos Julián estará quitando el fango de la bici. En el coche de vuelta me lo confesó.
El camino se vuelve más ascendente y desaparece el barro. A lo lejos se empieza a ver Aznalcóllar. El camino nos lleva a la A-477 y tras poco más de un km. estamos ya en el bar desayunando.
En el velador, al solito ya nos vamos dando cuenta que el calor nos va a acompañar el resto de la ruta.
Decidimos volver al Corredor por la carretera A-477 dirección a Gerena. Son 5 Km. de carretera pero no tiene mucho tráfico y es en bajada con lo que no tardamos mucho en llegar al carril. El ritmo sube por que sin darnos cuenta el terreno es ligeramente descendente. Al cruzar de nuevo el Guadiamar, lo hacemos por el puente de madera, pero la sorpresa ha sido lo dejado que está. Hay muchos tramos de pasamanos que no están y la arboleda se mete reduciendo el paso.
Sin darnos cuenta llegamos volando al inicio de la cuesta Camino de la Dehesa. Antes paramos para retratarnos.

Empezamos la subida. Mario y yo no subimos una cuesta tan larga desde antes de la desaparición de los dinosaurios. Hablamos de subir tranquilo y si uno se viene abajo el otro lo espera. No ha hecho falta. El ritmo ha sido muy tranquilo, y mientras íbamos hablando hemos llegado arriba.
Estiramiento y volver a subir las bicis al coche y esperar de nuevo que volvamos a salir juntos.

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