domingo, 27 de septiembre de 2009

Una plata que sabe a oro

11 km. son a veces muchos km. para pensar y de ahí viene el nombre. Pero empecemos por el principio.

Salida muy temprano de casa donde me recogió Julián ya que a las 8 habíamos quedado con Mario para ir a La Alcornocosa, donde llegamos un poquito pasadas las 8,30.

El día estaba encapotado y se suponía que iba a llover un poco más tarde. Yo me había preparado la camelback para usar de mochila guarda chubasquero me ha fastidiado en casi toda la ruta. Ya son muchas salidas sin ella y ese ligero peso en la espalda me molestaba un poco.

La salida del pueblo pica hacia arriba y para empezar no está nada mal. Menos mal que la subida acaba en una bajada que nos lleva a un puente que cruza el Arroyo de Valquemado. Lo malo de cruzar puentes es que la subidas están cerca. Ahora iniciamos la ascensión hacía el puerto fronterizo de las provincias de Sevilla con Huelva. Es una subida más dura pero tan solo un poco más larga. Mario y yo ya íbamos solo y fuimos subiendo el ritmo hasta que Mario se quedó un poquito detrás que al llegar a la cima y comenzar la bajada hizo un sprint y nos volvimos a unir.

El terreno que ahora nos acompaña es un poco más llevadero y de toboganes, pero con el problema del piso que para ser carretera está muy cuarteado. Por fin llegamos al cruce que baja al Embalse de Zufre donde hacemos una parada para esperar a Julián.

Volvemos a la bicicletas y tras una ligera subida, bajamos otro km. y empezamos a bordear el embalse en un terreno casi llano tirando hacia abajo, hasta llegar a otro puente que pasa por lo alto de una lengua del embalse.

De nuevo empieza la subida, y esta vez era la más exigente del día. Es un tramo de 6 km. con un desnivel de 203 mts. que tiene algunas bajadas para recuperar el aire. El inicio lo empezamos con un ataque de Julián pero en cuanto Mario subió el ritmo me agarre a él y le sobrepasamos. Un poco más adelante subí un poco el ritmo y conseguí dejar a Mario unos mts. por detrás y los iba a ratos incrementando y en otros se me acercaba hasta casi cerca del cruce de Zufre sabiendo que llegaba empecé a relajarme y apenas lo tuve que esperar. Aproveché para ponerme el chubasquero para no perder la calor y aunque no era agradable estar sudado con un plástico en lo alto creo que es lo mejor para la salud.

En cuanto llegó Julián proseguimos hacia el pueblo que está a 1,4 km. pero tiene una rampa de un km. al 5% donde de nuevo Julián atacó y nos hizo otra vez a Mario y a mí darnos otro calentón antes de la tostada.

Durante la tostada estuvimos comentando como nos había ido y les dije que eso de llevar la camelback me estaba matando.

Volvimos a las bicis y aprovechamos la bajada que antes fue subida. Julián se puso a tirar y Mario y yo fuimos juntos. La distancia cada vez era más grande pero como no me encontraba muy fino aproveché ese momento, tanto que al llegar abajo de todo, nos paramos para quitarme el chubasquero y volver a reemprender la marcha. En la distancia veíamos a Julián pero como a dos minutos más o menos, y empezamos a subir el ritmo para que la distancia no fuese horrorosa al llegar al cruce del Embalse de Zufre. Ya cerca del cruce me sonó el móvil pero no lo cogí por que pensé que era Julián que ya estaba parado, pero Mario me dijo que estaba a escasos 200 mts. con lo cual solo podía ser mi mujer. Esperé a llegar al cruce y llamar una vez que parasemos. Cual no fue la sorpresa de Mario y mía que Julián en plan alevoso siguió tirando y no nos esperó.

Me paré para llamar a mi mujer y le dije a Mario que el siguiera que sino cuando llegásemos al coche nos iba a dar una retahíla de las grandes. Después de llamarla volví a pedalear en plan contrarreloj. La cabeza me decía que no lo cogía ya por que solamente pensaba en el chubasquero y en la parada de la llamada, pero me tranquilicé e hice cálculos del tiempo perdido por Julián en otras subidas y me vine arriba.

Bajé hacia un arroyo que lo cruzamos por un puente y nos hace subir durante 2,1 km. hacia el puerto limítrofe de Huelva con Sevilla. Cerca de la cima veía a Julián y fui recuperando un poco de fuerzas para al estar cerca intentar dejarlo atrás. Cosa que me salió. Me lancé hacia abajo y en mi crecimiento moral llegué incluso en coger a Mario pero en un tramo de carretera pude ver como ni se le veía.

Bajé un poco para recuperar pero al mirar atrás veo que Julián se acercaba, cosa que me hizo volver a apretar ya hasta la llegada a los coches donde esperaba Mario que se merecía este oro por su tesón que pone en todas las salidas y que me estuvo esperando en todo momento hasta que le dije que siguiera.

Respecto a mi plata tengo que reconocer que me sabe a oro y a Julián cada día hay que vigilarlo de más cerca.

Por cierto de mojarnos por la lluvia ni por asomo. Ahora toca dos fines de semana de trabajo con lo que las salidas serán entre semana y solo

1 comentario:

acipenser dijo...

La marea esta subiendo como no esteis atentos os va a mojar. Jeje.