viernes, 10 de abril de 2009

Castilblanco de los Arroyos-Almadén de la Plata

Esta mañana hemos salido de Sevilla muy temprano Julián y yo ya que Mario al final no ha podido salir con nosotros.

A eso de las 8,30 hemos llegado. Sacamos las bicis del coche y con un poquito de frío empezamos a pedalear. El inicio son toboganes pero por carretera que no abandonamos hasta la llegada al Parque de El Berrocal que está a 16 km. Mientras empezamos a adelantar a muchos peregrinos andando.

Antes de llegar al Parque hay una subida no muy larga pero que se hace muy dura. Justo al terminar la subida veo a un bicigrino que resulta que es de Alcalá de Guadaira y que tienen pensado junto a su amigo llegar a Cáceres en 4 días para terminar el camino más adelante.

A la llegada al Parque espero a Julián. Nos despedimos de los bicigrinos y nos lanzamos cuesta abajo pasando la casa forestal y varios arroyos hasta cruzar el Arroyo de los Zahurdones que nos recuerda a nuestro camino este verano pasado donde a pocos mts. Julián pinchó. Nos desviamos por la Vereda de Castilblanco que es un carril con varios toboganes pero siempre subiendo. Llegamos a la cancela que nos divide el track entre lo que es el camino y el que teníamos pensado hacer pero resulta que esta vallado y decidimos hacer por el camino. En esta zona hay algunas vacas y sus terneros pero que no nos dan problema. A los pocos mts. resulta que Julián pincha.

Después de arreglarlo nos montamos para andar pocos mts. ya que el Calvario está a nuestros pies esta cima no se sube ni sin alforjas.

Se nota que no llevamos peso ya que a los pocos minutos estamos arriba. La bajada es igual de difícil, pero llegamos al pueblo con la idea de desayunar pero resulta que al ser viernes santo están todos los bares cerrados.

Nos comemos unas barritas y decidimos cambiar nuestro planes ya que la idea de volver por camino hasta el Viar se nos hace excesivo a las horas en que estamos.

Decidimos coger la carretera que es muy tranquila y se adelanta mucho. Julián se va quedando poco a poco y se me plantea esconderme detrás de unos matorrales. Cuando él pasa yo salgo detrás suyo y al ponerme a su lado es para ver su cara de asombro.

Pasamos por la puerta del Parque y la gran subida que antes se hizo muy dura, ahora la hemos bajado a toda velocidad, alcanzado los 76,9 km/h. Guau.

El resto es toboganes por el asfalto pero casi siempre en bajada hasta llegar al coche donde estiro y monto las bicis y para casa.

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